miércoles, 29 de abril de 2009
He comprendido
ISABEL...
He compendido que formas parte de mi.
Se que talvez nunca estarás tangiblemente a mi lado, pero tambien se que nunca te irás.
Eres el aire, el cielo, el agua, eres la sed de cariño que el Creador sembró en mi corazón.
Eres la definición del amor, aunque jamás haya podido definirse ni pueda hacerse nunca:
definir es limitar y el amor no tiene limites.
La fuerza motivadora de tu ausencia me ha trasformado en una persona distinta.
Cuando vea una golondrina cobijándose de la lluvia entre el ramal de la buardilla te vere a tí.
Cuando presencie una puesta de sol te recordaré…
Cuando mire las gotas de rocío deslizándose en mi ventanate estaré mirando a ti.
No podras irte nunca. No te dejaré.
Eres mi amor eternamente.
Todo lo que brote de mi corazón habrá tenido tu origen.
Y dare gracias a Dios.
Porque después de todo he comprendido
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
Porque después de todo he comprendido
que lo que tiene el árbol de florido
vive de lo que esta sepultado.
domingo, 9 de noviembre de 2008
El primer paso hacia el éxito es soñar exactamente lo que queremos en la vida y el negocio. Hagámonos las siguientes preguntas: ¿Está nuestra vida completa? Si pudiésemos cambiar nuestro mañana, ¿qué
sería distinto en nuestra vida? Si se nos concediese un deseo en cuanto a la salud, el hogar, la familia, el negocio o la vida, ¿cuál pediríamos?
La fijación de metas es un proceso poderoso para el planeamiento personal y empresarial. Ese proceso nos ayuda a escoger dónde queremos ir en la vida y en nuestros negocios. Al saber con precisión lo que queremos lograr, sabremos dónde concentrar nuestros esfuerzos y también podremos identificar rápidamente las distracciones que pudieran desviarnos.
Es más, las metas adecuadamente fijadas pueden ser increíblemente motivadoras y al desarrollar el hábito de fijarlas y alcanzarlas, veremos que la confianza en uno mismo crece rápido.
Las técnicas de fijación de metas son usadas por empresarios, atletas y gente exitosa en todos los campos. Proveen una visión a largo plazo y una motivación a corto plazo. Enfocan nuestra adquisición de
conocimiento y nos ayudan a organizar nuestro tiempo y recursos para sacarle el máximo provecho a la vida.
Al fijar metas precisas y claramente definidas, podemos medir nuestro progreso y rápidamente enorgullecernos de nuestros logros. Nos ayudan a ver avance en lo que otrora sería un esfuerzo sin sentido. Elevan nuestra confianza en nosotros mismos al llevarnos a reconocer nuestra habilidad y competencia al lograr las metas fijadas.
Las metas pueden ser fijadas a varios niveles. Primero, decidimos qué queremos hacer con nuestra vida y negocio y qué metas a largo plazo y a gran escala queremos alcanzar. Entonces, fraccionamos estas en
metas a corto plazo que necesitamos concretar para alcanzarlas. Finalmente, una vez que tenemos nuestro plan, comencemos a trabajar para lograrlo.
Metas claras pueden cambiarlo todo. Tenemos blancos claros que enfocan y guían nuestras acciones y compromisos diarios. Nuestros días y semanas se edifican uno sobre el otro en una línea recta, siempre apuntando a nuevos destinos, aún más grandes que las anteriores. Creemos que la vida es increíble porque estamos fijando y alcanzando metas increíbles. Nuestro futuro es brillante y positivo porque sabemos exactamente qué queremos… y por qué.
Algunos consejos para la fijación de metas.
1. Planteémonos cada meta de manera positiva. “Ejecute esta técnica bien” es una mejor meta que “No cometa este error tonto”.
2. Seamos precisos. Fijémonos metas precisas, poniéndole fechas, tiempos y cantidades cosa de poder medir los logros. Si lo hacemos, sabremos cuándo hemos alcanzado la meta y podremos derivar
satisfacción de haberlo logrado.
3. Fijémosle prioridades. Cuando tenemos varias metas, asignémosle prioridad a cada una. Esto evitará que nos sintamos agobiados por muchas metas y nos ayudará a dirigir nuestra atención a las más
importantes.
4. Escribamos las metas. Esto las cristaliza y les da más fuerza.
5. Visualicemos nuestras metas. Lo primero en la mañana y lo último en la noche, visualice la meta como ya alcanzada. Si la meta es perder peso, veamos, sintamos y experimentemos nuestro nuevo cuerpo.
Entusiasmémonos con la manera como nos sentiremos una vez que hayamos alcanzado la meta fijada.
6. Fijémonos metas de rendimiento en vez de metas de resultados. Debemos tener cuidado de fijarnos metas sobre las que tenemos tanto control como sea posible. No hay nada más desalentador que fallar en
alcanzar una meta personal por razones fuera de nuestro control. Estas pudieran ser un mal ambiente para negocios, malas decisiones, mal clima, lesiones, o simplemente mala suerte. Si basamos nuestras
metas en el rendimiento personal, entonces mantendremos control sobre el logro de nuestras metas y derivaremos satisfacción de ellas.
Invertir cuatro horas diarias en actividades generadoras de ingresos es una mejor meta que ganar $5,000 este mes.
El hablarnos a nosotros mismos nos ayuda a alcanzar las metas: el “no puedo” vs. el “puedo. Los “no puedo” nos impiden ser creativos; los “puedo” abren la puerta a nuestra mente creativa. Los “no puedo” nos
llevan a rendirnos; los “puedo” nos llevan a perseverar. Los “no puedo” nunca podrán; los “puedo” siempre lo harán. Los “no puedo” son ciegos; los “puedo” nos ayudan a alcanzar nuestras metas. Fijemos
nuestras metas con cuidado.
“Si los sueños nacen de la imaginación, entonces las metas nacen de una promesa. Sabiendo esto, fijemos nuestras metas con mucho cuidado porque cuando las fijamos, nos estamos prometiendo exactamente lo que esperamos obtener de nuestra vida”. –Kent Madson
Linda Stokes, copyright 2008
El consejo/reflexión de hoy es verdaderamente enriquecedor y estoy seguro de que más de uno de ustedes podrá utilizarlo para dictar alguna charla a sus compañeros o subordinados. Pero, ¿pudiera pedirle
que antes de compartirlo con otros, decidamos primero implementarlo en nuestras vidas? ¿Especialmente aquello que tiene que ver con metas de rendimiento en vez de objetivos? ¿Y pudiéramos implementar aquello de “puedo” versus “no puedo”?
No tengo la menor duda de que muchos hemos sido expuestos a estos principios anteriormente, pero ese no es el problema, sino si nos hemos atrevido a implementarlos. Si nos falta dirección de cómo, cuándo y por dónde empezar con esto, ¿por qué no recurrir a la fuente de sabiduría eterna del Salvador? ¿Por qué no “invertir” este fin de semana en comunión con Él y Su pueblo,
adorándole y siendo instruido en Su Palabra? Hagámoslo y nunca nos arrepentiremos. Adelante, que el Señor les bendiga y que disfruten de un maravilloso día.
lunes, 3 de noviembre de 2008
Los dos Amigos
Hubo una vez dos mejores amigos. Ellos eran inseparables, eran una sola alma. Por alguna razón sus caminos tomaron dos rumbos distintos y se separaron.
Y ESTO INICIO ASÍ:
Yo nunca volví a saber de mi amigo hasta el día de ayer, después de 10 años, que caminando por la calle me encontré a su madre. La saludé y le pregunté por mi amigo. En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas y me miró a los ojos diciendo: murió ayer... No supe qué decir, ella me seguía mirando y pregunté cómo había muerto.
Ella me invitó a su casa, al llegar allí me ofreció sentarme en la sala vieja donde pasé gran parte de mi vida, siempre jugábamos ahí mi amigo y yo. Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia. Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses, pero ¿recuerdas que su sangre era muy rara?, sí, lo sé, igual que la tuya...
Estuvimos buscando donadores y al fin encontramos a un señor vagabundo.
Tu amigo, como te acordarás, era muy testarudo, no quiso recibir la sangre del vagabundo. Él decía que de la única persona que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos, él decía todas las noches: no lo busquen, estoy seguro que mañana si vendrá... Así pasaron los meses, y todas las noches se sentaba en esa misma silla donde estás tú sentado y rezaba para que te acordaras de él y vinieras a la mañana siguiente. Así acabó su vida y en la última noche de su vida, estaba muy mal, y sonriendo me dijo: madre mía, yo sé que pronto mi amigo vendrá, pregúntale por qué tardó tanto y dale esa nota que está en mi cajón.
La señora se levantó, regresó y me entregó la nota que decía:
Amigo mío, sabía que vendrías, tardaste un poco pero no importa, lo importante es que viniste. Ahora te estoy esperando en otro sitio espero que tardes en llegar, pero mientras tanto quiero decirte que todas las noches rezaré por ti y desde el cielo te estaré cuidando mi querido mejor amigo. ¡Ah, por cierto, ¿te acuerdas por qué nos distanciamos? sí, fue porque no te quise prestar mi pelota nueva, jaja, qué tiempos... éramos insoportables, bueno pues quiero decirte que te la regalo y espero que te guste mucho. Te quiere mucho: tu amigo por siempre.
'No dejes que tu orgullo pueda más que tú corazón...
La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final'
Bailando por un sueño
Es probable que tú estés atravesando cambios en tus relaciones, estés en medio de un divorcio, estés desempleado, o estés atravesando una crisis financiera. Tus expectativas están por el piso, has perdido las ganas de bailar por un sueño. Has pensado:
” Dios se olvidó de mi.”
“no puedo…” Estoy muy viejo
“no hay nada que hacer…” Esto se lo llevo quien lo trajo
“no hay en quien confiar…”
“no me animo…”
“no tengo…”
Tengo buenas noticias para ti, escucha lo que dice la Biblia en Lenguaje Sencillo:
“Tú cambiaste mi tristeza y la convertiste en baile. Me quitaste la ropa de luto y me pusiste ropa de fiesta,” (Salmo 30:11)
La tristeza es una de las caras que mas abundan en esta época, muchas personas viven en temor, desanimo, desesperación, angustia, entre otras. Viven con temor al futuro, no quieren emprender negocios, no quieren comprometerse en una relación, tienen miedo a que las cosas salgan mal otra vez… Están con ropa de luto completamente paralizados sin llegar a ver la luz al final del túnel, ven las crisis como problemas y no como oportunidades que la vida les brinda. Cuenta un relato árabe:
Un hombre encontró en un baúl, un retazo de una preciosa tela que pertenecía a sus antepasados. Aquel baúl siempre había estado en el desván pero nuestro hombre no tuvo curiosidad por ver lo que contenía hasta el día en que decidió cambiarse de casa y tuvo que efectuar los embalajes para la mudanza. Como entre los de su familia era costumbre llevar turbante quiso hacerse uno con aquel tejido, pero por más que lo intentó no lo logró. Los frustrados intentos le dejaron muy pensativo y preocupado: O su cabeza era demasiado grande o sus predecesores tenían “poca cabeza”. Sin darle más vueltas al asunto decidió sacarle partido a aquella herencia y llevó el retal al mercado para venderlo en la habitual subasta de los sábados.
Una vez comenzada la subasta nuestro hombre comenzó a ver, con creciente malestar, como el subastador encomiaba la tela y las ofertas iban subiendo más y más. Consideraba que estaban sobrevalorando el tejido, y no quería engañar a sus vecinos. Su desasosiego llegó al límite cuando se dio cuenta que la persona que hasta entonces había hecho la oferta más alta, era un erudito profesor, muy valorado por sus aportaciones intelectuales en la comunidad. ¡Seguro que un hombre poseedor de tanto conocimiento debe de tener una cabeza más grande que la mía, así que tampoco podrá hacerse un turbante con el trozo de tela de mis antepasados! No puedo tolerar este engaño, pensó. Así que se acercó furtivamente al profesor y le murmuró al oído: ¡No vale la pena comprar esa tela, es demasiado corta para un turbante!
El profesor al escucharle volvió hacia él su rostro y con mirada de asombro le respondió: ¿En “qué cabeza cabe” que quiera hacerme un turbante con esa reliquia? Voy a enmarcar ese valioso tapiz y colocarlo en un lugar destacado de mi estudio para tener siempre presente la leyenda que lleva bordada: Todo tiene su valor pero hay que saberlo reconocer.
Quizás tú puedas ser como ese hombre que no supo reconocer el valor del tapiz. Muchas veces no reconocemos nuestros talentos, recursos y nuestras posibilidades. Somos muy hábiles para limitarnos a nosotros mismos, llegamos a contarnos cuentos que paralizan nuestras acciones. No nos damos cuenta de todo el potencial con el cual Dios nos ha creado, desconocemos todo el poder que opera en nosotros y votamos nuestra herencia con cada uno de los pensamientos negativos que llegan a nuestra mente.
“No escondas tus talentos, fueron creados para ser usados. ¿Para qué serviría poner un reloj de sol en la sombra?” Benjamín Franklin
Hoy es el mejor día para comenzar a ser la persona que Dios quiere que usted sea. No podemos evitar las cosas que ya pasaron ni sus consecuencias, pero no tenemos por qué renunciar a nuestros sueños ni resignarnos como si no hubiera nada que hacer o como si estuviera todo perdido. Deja de esconderte y sal a bailar, es tiempo de adaptarnos al cambio, tiempo de anticipar al futuro y marcar nuestro destino. El destino es una elección personal, es el lugar donde tú quieres estar con la bendición de Dios.
Sal a Bailar por tus sueños, Tú puedes intentarlo de nuevo porque contigo está Tu Creador. No te des por vencido porque contigo está El Señor.
viernes, 26 de septiembre de 2008
¿Y tú, qué dirías?
De pie y en fila junto con su pelotón del Ejército Rojo, Taavi ya había resuelto en su mente lo que iba a decir.
Los oficiales se dirigían hacia él y en el camino le hacían la misma pregunta a cada uno de los soldados en la fila:
-"¿Eres cristiano?" "No", fue la respuesta. Entonces se acercaron al próximo: "¿Eres cristiano?" "No", contestó.
Los jóvenes reclutas permanecían parados en atención, con la mirada fija hacia delante. Los interrogadores se acercaron un poco más al joven estonio de dieciocho años de edad, que había sido reclutado por el Ejército Rojo durante la ocupación de su país por los soviéticos.
Taavi era creyente desde hacía varios años. Aunque en su país solo se les permitía ir a la iglesia a los mayores de edad, la abuela de Taavi había compartido el evangelio con su joven nieto. Él había aceptado al Señor como su Salvador, y aunque no le era permitido asistir al templo, su abuela le enseñaba lo que iba aprendiendo durante a semana.
Los interrogadores se acercaron. Taavi nunca dudó de cuál sería su respuesta. Varios años atrás había tomado una firme decisión, pero aún así estaba nervioso. Cuando los oficiales llegaron a su lugar en la fila, le preguntaron: "¿Eres cristiano?" Sin vacilar, Taavi dijo con voz clara, "Sí".
"Entonces ven con nosotros", fue la orden del oficial a cargo. Taavi los siguió al instante. Subieron a un vehículo y se dirigieron hacia el edificio donde estaba la cocina y el comedor. Taavi no tenía la más mínima idea de lo que estaba por suceder, pero obedeció las órdenes.
Los oficiales le dijeron: "Te vamos a sacar del entrenamiento de combate. Eres cristiano y sabemos que no vas a robar, por lo tanto te vamos a colocar en la cocina". En la cocina se gestaba la mayor operación de mercado negro del Ejército Rojo. En ella se llevaba a cabo el contrabando y la venta ilegal de alimentos para los hambrientos soldados. Ellos sabían que la presencia de Taavi reduciría el robo.
Cuando seas retado por causa de tu fe, levántate y proclama con audacia la verdad. Dios estará contigo y Él te recompensará tu fidelidad.
Mateo 5:13,14
Vosotros sois la sal de la tierra...
Vosotros sois la luz del mundo.
Fuente: Al Atardecer con Dios
jueves, 24 de julio de 2008
El paquete de Galletas.
Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación le informaron que el tren en el que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora.
La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo.
Buscó un banco en el andén central y se sentó preparada para la espera.
Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario.
Imprevistamente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.
La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos.
Como respuesta, el joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió.
La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta.
La señora cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente.
Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete solo quedaba la última galleta.
"No podrá ser tan descarado", pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas.
Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad.
Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su compañera de banco.
- ¡Gracias! - Dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad.
- De nada. - Contestó el joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad.
Entonces el tren anunció su partida...
La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón.
Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavía sentado en él andén y pensó:
"¡Que insolente, qué mal educado, qué ser de nuestro mundo!"
Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado.
Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas INTACTO.
Cuantas veces nuestros prejuicios, nuestras decisiones apresuradas nos hacen valorar erróneamente a las personas y cometer las peores equivocaciones.
Cuántas veces la desconfianza, ya instalada en nosotros, hace que juzguemos, injustamente a personas y situaciones, y sin tener aun el por qué, las encasillamos en ideas preconcebidas, muchas veces tan alejadas de la realidad que se presenta.
Así, por no utilizar nuestra capacidad de autocrítica y de observación, perdemos la gracia natural de compartir y enfrentar situaciones, haciendo crecer en nosotros la desconfianza y la preocupación.
Nos inquietamos por acontecimientos que no son reales, que quizás nunca lleguemos a contemplar, y nos atormentamos con problemas que tal vez nunca ocurrirán.
Mateo 6:34 "Así que, no os congojéis por el día de mañana"
Un Pirata
Un día, la señora Robles se encontraba en la sala de espera de su médico cuando un niño y su madre entraron al consultorio, el niño llamó la atención de la señora Robles porque llevaba un parche sobre el ojo. Se sorprendió al ver qué poco parecía importarle la pérdida de un ojo, y lo observó mientras seguía a su madre a la silla más cercana.
Aquel día el consultorio del médico estaba lleno, así que la señora Robles tuvo la oportunidad de conversar con la madre del niño mientras él jugaba con sus soldados.
Al principio, el niño se mantuvo en silencio, jugando con los soldados sobre el brazo de la silla, luego se trasladó silenciosamente al piso, lanzando una mirada a su madre. En algún momento la señora Robles tuvo ocasión de preguntarle al niño qué le había sucedido en el ojo. El niño consideró la pregunta durante largo rato y luego, levantando el parche, replicó,:
"No tengo nada en el ojo. ¡Soy un pirata!" Después regreso a su juego.
La señora Robles se encontraba allí porque en un accidente automovilístico había perdido una pierna desde la rodilla. La cita de aquel día era para determinar si estaba lo suficientemente curada como para acomodar una prótesis.
La pérdida había sido algo devastador para ella. Aun cuando se esforzaba por ser valiente, se sentía como una inválida; racionalmente sabía que esta pérdida no interfería con su vida, pero emocionalmente no podía superar este obstáculo. Su médico le había sugerido visualizaciones que le ayudaran a aceptar su situación, y ella lo había intentado, pero no podía imaginarse de una manera perdurable y emocionalmente aceptable. En su mente se veía como una inválida.
Ahora, la palabra "Pirata" cambio su vida. De inmediato se sintió transportada, se vio vestida como el Corsario Negro, a bordo de un barco pirata, estaba de pie con las piernas separadas y una de ellas era una pata de palo, sus manos estaban aferradas a las caderas, su cabeza y hombros erguidos, y sonreía frente a la tormenta. Los vientos tempestuosos azotaban su casaca y su cabello. Un rocío helado barría la balaustraba de cubierta mientras grandes olas se rompían contra el barco. El navío se mecía y gemía bajo la fuerza de la tormenta. Pero ella permanecía firme orgullosa, impertérrita. En aquel momento, esta imagen sustituyó a la de la inválida y recobró su valor. Miró al niño, ocupado con sus soldados.
Pocos minutos más tarde la llamó la enfermera. Mientras se balanceaba en sus muletas, el niño advirtió su amputación. "Oiga, señora, ¿qué le pasó a su pierna?" La madre del niño estaba mortificada. La señora Robles contempló por un momento su pierna más corta. Luego respondió con una sonrisa: "Nada. Yo también soy pirata"
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien" (Romanos 8:28).
"¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?" (Romanos 9:20).
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